2C En su libro Cómo Adorar a Jesucristo, Joseph Carroll nos habla de una madre cuya vida de devoción y comunión con el Señor Jesús hizo que su espíritu fuera bello y fragante. Carroll le preguntó, “¿a qué hora te levantas a buscar al Señor?”.
A lo que ella respondió: “Oh esa no es mi decisión. Hace mucho tiempo escogí estar disponible en cualquier momento que Él quisiera tener comunión conmigo”. No importa la hora, cuando esta mujer se percataba de que Dios la estaba llamando, ella salía de la cama, iba a la banqueta del piano y adoraba a Su Señor.
Carroll le siguió preguntando, “¿Y por cuánto tiempo se queda usted allí?”.
A lo que la mujer respondió, “Oh, eso depende de Él. Cuando me dice regresa a tu cama, yo regreso. Y si Él no quiere que duerma, simplemente me quedo despierta”.
Ella era la personificación de la serenidad, comenta Carroll. “Ella era de Cristo y de Cristo solamente”
2C En su libro Cómo Adorar a Jesucristo, Joseph Carroll nos habla de una madre cuya vida de devoción y comunión con el Señor Jesús hizo que su espíritu fuera bello y fragante. Carroll le preguntó, “¿a qué hora te levantas a buscar al Señor?”.
A lo que ella respondió: “Oh esa no es mi decisión. Hace mucho tiempo escogí estar disponible en cualquier momento que Él quisiera tener comunión conmigo”. No importa la hora, cuando esta mujer se percataba de que Dios la estaba llamando, ella salía de la cama, iba a la banqueta del piano y adoraba a Su Señor.
Carroll le siguió preguntando, “¿Y por cuánto tiempo se queda usted allí?”.
A lo que la mujer respondió, “Oh, eso depende de Él. Cuando me dice regresa a tu cama, yo regreso. Y si Él no quiere que duerma, simplemente me quedo despierta”.
Ella era la personificación de la serenidad, comenta Carroll. “Ella era de Cristo y de Cristo solamente”